Humanismo y libertad.
Una ciudad y mil poéticas




Intendente
Municipalidad de Córdoba
Es un orgullo darles la bienvenida a la 39ª edición de la Feria del Libro Córdoba, un encuentro que este año se celebra bajo el lema “Humanismo y libertad. Una ciudad y mil poéticas”. Esta consigna nos convoca a pensar el valor de la palabra como un acto colectivo, como herramienta de transformación social y como un gesto profundo de humanización. La Feria vuelve a ser ese espacio que abre caminos, que cruza tiempos, generaciones e ideas, y que invita a construir, desde la cultura, una ciudad más justa, plural y democrática.
Desde la Municipalidad de Córdoba, reafirmamos el compromiso con la libertad como condición del pensamiento y con el libro como memoria viva. Cada edición de esta Feria renueva nuestro deseo de celebrar el encuentro entre quienes leen, escriben, editan y sueñan. Trabajamos para que esta ciudad sea faro y refugio para todas esas palabras que anuncian un mañana compartido, más humano y más libre.

Secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes
Municipalidad de Córdoba
La Feria del Libro es un momento central para la cultura de la Ciudad. Son 16 días que aguardamos con mucha ansiedad e ilusión. Esta 39 edición servirá para consolidar este espacio de encuentro que todos los cordobeses esperamos año tras año. Estamos seguros que será una edición inolvidable que vamos a disfrutar juntos y que servirá para demostrar el potencial cultural de nuestra ciudad. ¡Los esperamos!

Subsecretaria de Cultura y Empleo
Municipalidad de Córdoba
Córdoba vuelve a abrir sus páginas para que la palabra circule libre y la ciudad se convierta, una vez más, en una usina de pensamiento y encuentro.
Esta Feria del Libro no es solo un evento: es una afirmación. La afirmación de que, incluso en los tiempos más oscuros, la palabra sigue siendo refugio, faro y trinchera. Y que el libro —ese artefacto que desafía al tiempo— guarda en su interior la promesa de que la humanidad puede ser más justa, más bella y más libre.
En un tiempo donde todo parece fragmentarse, esta feria propone un gesto colectivo: hacer del encuentro un conjuro a futuro.
Bienvenidas y bienvenidos a una ciudad atravesada por mil poéticas.
Bienvenidas y bienvenidos a una feria que cree —como ustedes— en la fuerza de la palabra.
Bajo el intento de organizar el tiempo, si acaso eso fuera posible, las ciencias de la historia han segmentado nuestra presencia en este planeta sufriente en eras o edades que nos permiten ver, con cierta perspectiva, los tiempos vividos por la humanidad: aquello que ocurrió y los vientos del futuro que dibujaron nuevas estelas en el horizonte. Y en este juego de derrotas y triunfos, de andariveles cruzados y caminos paralelos, hay algo que nos avisa, acaso como una postal premeditada, que siempre, siempre, el mañana es mejor. Lo supo la humanidad luego de atravesar cada una de sus peores pesadillas: hay una fuerza superior pero no inmaterial, la que moviliza las manos de quienes se dignifican en el trabajo, de esas muchedumbres que persisten existiendo y que avanza aún a contramarcha de quienes siembran tempestades.
Esa fuerza lleva consigo un gesto profundo de humanización, que persiste aun con sus derrotas y retrocesos. En tiempos nebulosos, de oscuridad tan bien programada, el valor de la humanidad seguirá siendo la bandera con la que, finalmente, aquellos y aquellas con voluntad de justicia y belleza, derrotarán a quienes pretendan tapar la arena con celofán. El valor del humanismo, que es a su vez una concepción del mundo y un principio de vida, que combina el sentido más puro de inocencia con la racionalidad que no engendra monstruos, ha llevado y aún lleva consigo, como la sombra al cuerpo, la palabra como herramienta fundamental para el cultivo, la cosecha y el alimento.
El humanismo y la palabra convertida en prosa y poesía, han actuado, ante cada tormenta, como el vector en luces incandescentes que indican el camino a seguir. Que no será ni el más rápido y mucho menos el más simple: será aquel que garantice que hay salvación en tanto esa salvación sea colectiva y plural, multitudinaria y desbordante, en conjunto y sin soledades. Justa y social. Igualitaria y democrática. Porque, en definitiva, de qué sirve ganar si no ganan todos los que vienen detrás.
El humanismo y la palabra contienen en sí, anudados a su cuerpo universal, al artefacto que alguien pensó, muchos alguien y a lo largo de la historia, para que se pudiera viajar en el tiempo y en el espacio de modo interminable, sin interrupciones ni plazos, sin límites ni prerrogativas. Ese artefacto que ha hecho que la palabra nos anteceda y nos preceda, que otorga inmortalidad a lo dicho no es otro que el libro. Aquel que, definido como la extensión propia de la memoria y de la imaginación, será siempre la salvaguarda de los buenos tiempos que siempre están por venir. El libro, los libros que conservan su buena memoria, son y serán, para la eternidad, el mejor escudo con el que protegernos del fuego del invierno.
Humanismo y palabra, libros y poesía, nada serían si no cabalgara junto a ellos el deseo irrefrenable e indómito, incontenible e impetuoso, de decir en libertad. Esa libertad que nunca es plena desde el individualismo porque el decir es siempre con otro. Porque esa libertad, la única libertad genuina que la historia ha conocido en su navegar sin fin, esa libertad de la que el humanismo y la palabra son tributarios inescindibles, esa libertad, como ya ha sido cantado, no es un río: es el agua y su caudal.
Sea esta Feria del libro y esta ciudad de Córdoba, nuestra Córdoba, toda reunión que convoque para festejar la palabra y el encuentro, iridiscencia que nos marque el tiempo mejor, que siempre está por venir
Andrea Bocco – Juan Cruz Taborda Varela | Curadores FLC2025